Por Sarahí Fontanez
»¿No se venden dos pajarillos por una monedita? Sin embargo, ni uno de ellos cae a tierra sin que el Padre de ustedes lo permita. En cuanto a ustedes mismos, hasta los cabellos de la cabeza él los tiene contados uno por uno. Así que no tengan miedo: ustedes valen más que muchos pajarillos.”
San Mateo 10:29-31 DHH
Déjame explicarte este verso con una historia que una vez leí. Hubo una (un) joven que sentía aflicción y no se sentía valorada(o). Entonces fue donde una mujer sabía a buscar consejo, que le dijo: “voy a analizar tu aflicción, pero quisiera que me hiciera un favor”. La(el) joven aceptó, aunque se sintió desvalorízada(o) porque sus necesidades fueron postergadas. La sabia le dijo: “necesito que lleves este anillo al mercado y lo vendas por no menos de una moneda de oro”. La(el) joven se fue e hizo exactamente lo que se le pidió, pero nadie reconocía el valor del anillo y todos rechazaban la oferta. Luego de un tiempo, la(el) joven ya cansada (o) y desanimada (o), regresó donde la mujer sabía y con tristeza le dijo que no pudo vender el anillo. La mujer con mucha sabiduría le dijo: “sabes cuál es el problem, que antes de vender el anillo deberíamos conseguir a alguien que nos dé a conocer su verdadero valor”. Entonces, envío a la(el) joven donde un joyero para que evaluara su valor, pero le pidió que no se lo vendiera. El joyero al verlo le dijo a la (el) joven: “dile a la mujer que te envío que si quiere vender este anillo hoy, sólo le puedo ofrecer 58 monedas de oro porque no tengo más para pagarle lo que realmente cuesta, que son 70 monedas de oro”. La (el) joven emocionada (o) y sorprendida (o) corrió donde la mujer y le dijo: “lo logré, conseguí un precio mayor”. La mujer sabia le dijo: “ya que me ayudaste, ahora puedo ayudarte a entender. Tú eres como ese anillo, una joya valiosa y única. Nunca dejes que otros determinen el valor que solamente el experto puede darte” (Navajo, 2012).
Amiga(o) que me lees, muchas veces andamos por la vida buscando el valor que tenemos porque la experiencia del aborto se llevó ese valor. El l verso bíblico que cito hoy nos dice claramente que, nada nos quita el valor que Dios nos ha dado, aún cuando por un momento esté empañando por mucho dolor. Dios te creó a su imagen y semejanza. Él es el único experto que puede decir cuál es el valor de su obra maestra, su hija (o) a quien ama tanto y tanto que hizo provisión en Cristo para darte la identidad que siempre haz debido tener. Si hoy sientes que la experiencia del aborto te ha alejado de Dios y que no puedes perdonarte, Dios te dice que no temas, Él tiene cuidado de ti y ha abierto la puerta para tu Camino a Sanar.
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